viernes, mayo 04, 2007

La estructura oscilante de la Ciencia: Hipótesis de Ortega, efecto San Mateo, fractalidad y transfractalidad.

Tradicionalmente se han propuesto dos visiones opuestas para explicar el comportamiento de los científicos: El Efecto San Mateo y la Hipótesis de Ortega.

Según la primera visión, propuesta por Merton, el motor de la Ciencia está constituido por una élite de investigadores excepcionales que son los que abren y marcan las nuevas rutas científicas, siendo el resto, los “mediocres”, los que símplemente se dejan llevar. Como consecuencia de ello, y analogamente a la parábola de los talentos del Evangelio de San Mateo, el sistema científico premia a los investigadores de la élite con más recursos y mayor reconocimiento.

En cambio, según Ortega y Gasset y muy a su pesar, el sistema científico moderno es tan poderoso y dispone de metodologías e instrumentos tan desarrollados que los investigadores “mediocres”, sin apenas cualidades, son capaces casi automaticamente de hacer descubrimientos científicos y mover los engranajes de la Ciencia.

Recientemente Rafael Bailón-Moreno, Encarnación Jurado-Alameda, Rosario Ruiz-Baños, Jean-Pierre Courtial y Evaristo Jiménez-Contreras, han publicado en Scientometrics un artículo, ya citado en este blog, que demuestra que estas dos visiones opuestas son compatibles entre sí. Empíricamente se ha encontrado que la Ciencia cambia alternativamente su estructura pasando por periodos en que predomina el Efecto Mateo y periodos en que predomina la Hipótesis de Ortega.


Cuando predomina el Efecto Mateo, la estructura de la Ciencia es rígida, cristalina, con pocos grados de libertad, de carácter fractal y con un control riguroso por parte de las élites de los paradigmas científicos.

En cambio, en los periodos en que predomina la Hipótesis de Ortega, la estructura de la Ciencia es amorfa, maleable, con muchos grados de libertad, es transfractal y entre los investigadores “mediocres” (más bien habría que decir investigadores todavía no reconocidos) surgen nuevas y fructíferas orientaciones científicas que modifican los paradigmas. Esta situación transfractal de cambio conduce a continuación e irremediablemente a nueva nueva situación fractal cristalina en la que se instala una nueva élite.

Para cuantificar si se está en una situación fractal (Efecto Mateo) o transfractal (Hipótesis de Ortega) se emplea el Índice de Fractalidad, fi, ya propuesto en el Modelo Ciencimétrico Unificado de Bailón-Moreno et al.

Esta nueva visión fractal/transfractal justifica la sucesión de periodos de estabilidad y de cambios profundos que ya propugnaba Kuhn en su conocida obra “La estructura de la revoluciones científicas”

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