Autor: Rafael Repiso
La editorial holandesa Elsevier es una de las mayores editoriales científicas del mundo, con productos tan conocidos como las revistas Lancet o Cell, la colección de revistas electrónicas ScienceDirect o la Base de Datos de citas Scopus. Elsevier es una división comercial perteneciente a la compañía Reed Elsevier que también gestiona otras divisiones como LexisNexis, Reed Exhibitions y Reed Business Information. En el último informe financiero de la empresa (2010) Reed Elsevier había facturado un volumen de venta unos 7.210 millones de €, de los cuales 2.413 millones provenían de Elsevier, lo que representa el 33% del volumen de negocio. No obstante, la compañía, al igual que el resto, está reduciendo sus ganancias, nótese que en 2006 casi llegaron a un volumen de ventas cercano a los 8.000 millones de euros.
Como todas las grandes compañías, Elsevier no ha sido ajena a las polémicas, pero nunca había tenido un problema como el actual, que incide directamente sobre la línea de flotación de su negocio, y es que muchos científicos están cansados del enriquecimiento de Elsevier a costa de en primer lugar sus aportaciones filantrópicas, como autores, revisores y editores de revista; y en segundo lugar de reducir drásticamente los fondos para suscripciones de sus respectivos centros, ofreciendo precios muy por encima de los marcados por otros grupos editoriales en contratos leoninos.
La última iniciativa tiene su origen en un grupo de matemáticos, encabezados por el británico Tim Gowers, que hartos de los abusos de Elsevier en su área, han creado una lista pública donde los científicos se inscriben y comprometen públicamente a no participar directa o indirectamente en beneficio de la editorial. La página se titula "El coste del conocimiento" http://thecostofknowledge.com/ y cuenta a día de hoy con más de 1500 firmantes.
Sus principales argumentos son:
- Los beneficios que Elsevier pretende extraer de un producto cuyo principal autor no cobra nada son desorbitados (muy por encima del promedio de otros editores), lo que reincide en costes elevados que los centros de investigación, que dan soporte a los autores, deben pagar.
- Elsevier oferta las revistas en grandes paquetes, obligando a las bibliotecas a pagar por revistas que no desean, acuerdos en donde las bibliotecas apenas tienen capacidad de maniobra.
- Elsevier apoya iniciativas como SOPA, PIPA y Research Works Act, iniciativas cuyo fin es limitar la capacidad de acceso libre a la información con el objeto de beneficiarse como intermediador.
Autores como Tim Worstall, columnista de la revista Forbes, reclaman a la empresa que cambie su modelo de negocio. Lo triste es que una revista científica, es lo que es gracias a las aportaciones científicas de los autores de sus trabajos, de los revisores y editores que han trabajado velando por el cumplimiento de una ética, y de repente resulta que sólo importa el beneficio, las dos caras de una realidad. No obstante, quizás lo más positivo de esta situación es la visión de conjunto de los científicos que salen de sus dinámicas individuales y son capaces de sumarse a la visión holística de sus centros, denunciando unas prácticas que perjudican a los sistemas de investigación, especialmente en estos años de crisis.
9 comentarios:
Bueno, esto lo puede hacer quien lo puede hacer y no el que quiera. Es algo más bien simbólico que otra cosa pero bueno, aunque solo sea para hacer ruido bueno es... Aún así, me da a mí que a los de Elsevier estos ni les tosen.
Richard Poynder, gurú del Open Access: "Muchas personas piensan que Elsevier le chupa la savia a la comunidad investigadora con el fin de alimentar el apetito insaciable de sus accionistas"
Yo creo que Elsevier no le chupa nada a nadie...
Voy a hacer un poco de abogado del diablo, a riesgo de parecer un ultraliberal. Al fin y al cabo, Elsevier es una empresa que defiende sus intereses económcos y busca el máximo beneficio, como todas. No veo pues qué se le puede criticar respecto a otras empresas. Si los precios de sus paquetes de revistas son caros, pues que las bibliotecas o los consorcios negocien mejores precios, y si no, que no las compren. Eso se llama negociación.
También creo como Nico que a Elsevier estas quejas le hacen cosquillas. Por ejemplo, en este momento son 5 los firmantes españoles que se comprometen a no trabajar para Elsevier. No parece gran cosa...
Un abrazo
Las empresas saben que la mala publicidad es fatal para el negocio. Si a eso sumamos la situación financiera de sus clientes habituales, creo que tendrán que variar su estrategia y mejorar sustancialmente sus condiciones en las negociaciones de suscripción y/o renovación.
Otras torres más altas han caído.
Un saludo
Bueno, Elsevier basa su negocio en la venta de un conocimiento que los científicos le ofrecen gratuitamente a las revistas que Elsevier difunde. Cuando los científicos, en especial los matemáticos, se empiezan a sentir utilizados, malo... Elsevier, al igual que otras empresas editoriales deben caminar en la fina línea de no explotar excesivamente al sistema, y si es un momento de reducción, debe aprender a reducir igual que hacen los centros de investigación de los que vive. El problema es que los accionistas sólo quieren hablar de beneficios.
La noticia salta a El Mundo.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/01/30/noticias/1327952591.html
¡Está claro que los de El Mundo leen ec3noticias!
Yo creo que, en general, las empresas como Elsevier hacen un buen trabajo, lo que no pueden pretender es cobrarlo "a precio de oro" y menos con la situación actual de crisis, yo creo que abusan, aunque no solamente Elsevier lo hace.
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