lunes, junio 12, 2006

Sobre revistas y políticas científicas (1/3)

Evaristo Jiménez Contreras
Desde que a lo largo de los años 80-90 se pusiera en marcha el primer conjunto de medidas encaminadas a desarrollar una política científica nacional con objetivos, incentivos y una infraestructura institucional estable, unos de los objetivos declarados fue incrementar la visibilidad internacional de la Ciencia española, alentando la publicación de la investigación en revistas internacionales, léase en revistas con factor de impacto. En los años siguientes la actitud de los científicos hacia estas políticas ha variado, desde el rechazo inicial hacia incentivos como los tramos de investigación, directamente dependientes de la publicación en revistas internacionales hasta su aceptación final (a veces entusiasta, a veces resignada). Como consecuencia de esta política y del gradual cambio de mentalidad de los investigadores la posición de las revistas científicas españolas también ha ido erosionándose y ha sido objeto de una continuada controversia que cuestionaba cual era su papel en lo que a la difusión de la ciencia se refiere y, sobre todo, cual su valor de cara a la valoración de las carreras académicas. Prueba de ello ha sido la cada vez más acuciante falta de originales que padecen la mayoría de las revistas españolas, la desaparición de muchas de ellas y el estancamiento generalizado de la producción nacional en la mayor parte de las especialidades, que ha venido acompañado por un drenaje de los mejores originales hacia revistas extranjeras “bendecidas” por el hecho de estar indizadas en las bases de datos del la empresa ISI, ahora Thomson Scientific. los datos de estas trayectorias divergentes pueden encontrarse en (Martin Sempere; Rey, and Plaza 1999;Jiménez-Contreras; Moya Anegón, and Delgado López-Cózar 2003)

La situación naturalmente no es la misma en todas las especialidades; se puede decir que hay un amplio espectro que va desde las especialidades más internacionales en las que las revistas españolas han desaparecido prácticamente o no cumplen un papel relevante en lo que a la investigación se refiere; y en el que las pocas revistas españolas supervivientes se han convertido, o al menos lo intentan, en canales internacionales homologables a los de otros países; hasta, en el otro extremo, en el ámbito de las ciencias humanas, este proceso prácticamente no se ha iniciado siquiera y es difícil que en el futuro lleguen a darse las situaciones que acabamos de describir para las ciencias experimentales o exactas. Sin embargo, hay un territorio intermedio en que se mueven las llamadas Ciencias Sociales, que es donde realmente se puede decir que las revistas se han instalado en la crisis permanente y científicos y gestores debaten sobre cual es el camino a seguir.
Fin post I

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